lunazul

Lunazul

[ Todo se conjuga al detenerme a mirarme porque al hacerlo me doy cuenta del universo que está llamándome:

Los pájaros me gritan y en calma entran en mí.
El atardecer me alumbra y en delirio se vuelve mi recuerdo.
El perfume me sonroja y se introduce a mi piel.
Los besos llenos del chocolate de la vida me transforman y se vuelven mi sangre.
Así, es todo lo que nos rodea, estas letras se descomponen en conceptos y entran a tu mente dejando la tinta tatuada en tus recuerdos si decides mirar el alma… ]

Mirar el alma

Mira mi alma,
está renovando las miradas,
está cayendo la dulzura,
está rendida en miel,
es el delirio de amarte,
aprender el arte de tocarte.

{…Sólo conociéndote, tumbando las máscaras, será cuando la verdad se dilucidará en ti. }

Cuando todo se oculta,
aparecen tus ojos,
dos estelas de cristal
que se engendran para decirme
que soy el reflejo de tu interior.

{…Que todo al que miras es la proyección del mundo que tienes, pero crees que no tienes. Cuando te das cuenta que no es lo que quieres, intentas controlarlo, pero si vieras al mirar al alma que miró, todo sería lo que eres. ¿Cambiarías a ser amor? ¿Cambiarías a ser felicidad? ¿Serías? }

Porque al mirar mi alma,
te conviertes en mi mirada,
me adentro a tu latir
como si fuera el renacer,
el delirio de amarte,
aprender a tocarte
desde el beso hasta la vista,
aquella mirada impregnada
de los destellos de amarnos
hasta el más profundo latido
de nuestro mirar.

[ Todo lo que puedo recordar puede ser irreal, pero eso deja de tener importancia cuando se logra traspasar la creencia de soledad. Creemos vivir en una pelea constate, pero la pelea sólo está cuando vemos al fuego como luz y a la calma como viento. Si abrimos los ojos para ver que el fuego alguna vez fue viento, que la luz alguna vez fue calma o que el viento alguna vez fue luz… ¿Qué pasaría? ]

Cambiar el fuego por la calma

Dime cómo podré
cambiar el fuego por la calma,
si ese fuego, es parte de mi alma,
¿Será que el fuego es amar?
¿Será que la calma es otorgar?

{…No hay fuego que mate al amor. No hay calma que sofoque al amor. }

Cuando se queme el amor,
impregnado de mi perfume,
encontraré si ese fuego,
parte de mi alma, esta en mí.

{…Que éste al quemarse se vuelve vida. Que éste al llenarse del viento se vuelve sonrisa. }

La lluvia de colores,
cayó en mis ojos,
mientras lloraba el recuerdo
que nunca sucedió.

{…Es el hoy el que te libera, es el recuerdo de desamor que cargas el que aprisiona. }

Dime cómo podré
cambiar la calma por el fuego,
si esa calma, es parte de mi alma,
¿Será que la calma es amar?
¿Será que el fuego es otorgar?

{…Que la calma es la paz que enciende el amor. Que el fuego es el dar los suspiros para ser el amor. }

Cuando se queme el tiempo,
ilusionado de aquel hervor,
tocaré la calma,
parte de mi alma,
para sentir el amor
que siempre estuvo en mí.

[ Así, se marca al tiempo, en conceptos que nos delimitan el espacio que habitamos. Por eso, cuando volvemos nuestra mirada a las palabras que nuestra mente deja escapar podremos ver la naturaleza de nosotros mismos para sanar todo aquello que no amamos. Si verdaderamente, aprendiéramos a amar, hoy nadie gritaría por el amor que no tienen, sino sólo podrían dar.
Esas palabras que resuenan en la mente son como píldoras que asechan cuando están descontroladas y son como dulces que embriagan cuando están controladas. Escuchemos a las palabras que resuenan en mi mente… ]

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