lunazul

Lunazul

[La conciencia que tenía sobre el universo cada vez se volvía más íntegra como si dentro de mí hubiera un horizonte que tenía fe en lo que era.

No importaba si había sido malo o bueno, rudo o amable, sincero o deshonesto porque simplemente las cosas eran así. Tanto comprendía que eran así que sólo quería dar amor para todo fuera el reflejo de mi corazón. Y es que todos gritamos que nos amen, pero no nos damos cuenta que no se necesita decirlo sino hacerlo porque todo lo que nos rodea es lo que somos.

Si una hoja cae y toca mi mano, soy el recuerdo de que la hoja estuvo conmigo.

Si una niño pequeño viene y me saluda, soy lo que él me dijo y el sentimiento que me dejó al irse.

Si un hombre que sufre viene y me mira, soy lo que él me transmite si no puede transformarle mi amor.

¿Cómo puede ser mi amor transformador? Sí, por fin había entendido. Si me domino, puedo transformar porque no hay nada que esté fuera de mí.

Soy lo que veo, lo que escucho, lo que huelo, lo que siento, lo que pruebo porque así percibo la vida, hoy. Por eso, oye lo que seas, ve lo que eres, prueba lo que eres, siente lo que eres… Si me digo que sea amor, es porque no hay nada más maravilloso que pueda ser. ]

Si soy el horizonte

En estas olas
que remontan mi espíritu
me enredo con la lluvia del ser
perdiendo horizontes en mi proceder.

{…Que perdiendo esos límites se trasciende el conocer para vivir en la experiencia del ser. }

Si soy el horizonte,
¿dónde cae el amanecer?

{…Cuando ves que eres tú el que irradia el mundo de luz como sol de primavera, ¿dónde estás? }

Que puedo decir
cuando en estas olas
mi espíritu cree en renacer
y me enredo con los destellos de ser.

{…Porque cuando te ocultas caes al mar de los sueños donde el alma nada para encontrar las olas de luz, que se evaporarán en esa lluvia que contamina de amor. }

Si soy el horizonte,
caen en mí, estas olas,
que se convierten
en la quietud de la lluvia,
para entretejer el mar
que nos cubre con su amor
al caer el tiempo
en el horizonte de mi corazón.

[ Mi mente ya no es obsesionaba en encontrar al amor de mi vida porque:

¿Quién fuera él? Sé que es quien invade mi alma como si todo lo que mirara fuera luz.

Su mirada, eterna.
Su alma, divina.
Su nombre:
“Amor Puro Palpitando”

Estoy enamorada de él desde la orilla de mi piel hasta el centro del existir, el amor de mi vida, el amor mismo.

¡Por qué no lo encuentran! Si esta ahí. ¡El amor! ¡El amor!

Estas aquí. Eres el amor de mi vida. Te busqué en cada rincón y estas en todas partes. Sólo puedo desearte que me dejes amarte para que pueda amar a cada espacio que me contiene, cada mirada al viento, cada respiro que entra a las plantas como vida, cada… Todo.

Amor… Ahora, que te veo, porque siempre te había encontrado… Te puedo decir que esta historia es lluvia de dos. ]

Lluvia de dos

Con la lluvia que cae en mis ojos,
somos dos,
el que llueve y el que toca el suelo,
pero el que se derrama por tu mejilla
nos ve que estamos enamorados
de la brisa que nos separó.

{…Todo lo que nos divide hace que lloremos. Cesa las divisiones, que no eres más que el respiro que se introduce y el suspiro que dejas ir. }

Temblando con el alma caída,
sin palabras cuando
nos condenamos al olvido.

{…Siente el amor, vibra más allá de las palabras que nos condenan a pensar en el crimen que existe al no aprender a amar. Mejor… ¡Ama! }

Aquel reloj impregnado del frío
que hoy se llena de sal para
caer al suelo y ver al árbol
del océano nacer.

{…Soy el que respira y da respiros a los árboles. Si vivirlo, nos acerca al amor, no olvides que somos dos hasta renacer en el amor. }

Porque somos dos,
que caemos de mis ojos,
para olvidar lo que el frío
nos condenó,
para hoy lavar lo que la
brisa separó
y renacer en el amar,
aquel mar que nunca cesó.

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