lanotaexaltada

La nota exaltada

Mi Olvido

Tienes en las manos el olvido sutil,
el destello callado
convierte tu mirada
En mi vida.

Cada noche caían las estrellas
sobre nuestras almas
y nunca te dignaste a tomar
El cielo que te regalaba.

Mi llanto no alcanza tus ojos tristes
cuando a gritos me pedían llorar por ti,
Llorar por este sueño en el olvido.

¿Me diste la ultima canción?
¡No!
Te olvidaste de mi sonrisa,
Tan pronto miré el cielo.

Ahogándote, si fueron las palabras,
no puedo concebir que fui yo
el que te miró con tanta suavidad
En el oleaje absorto.

Y por ello tomaste tus recuerdos.
Los llevaste al rincón de los secretos,
los tomaste entre tus brazos
derramándolos en el mar,
ese profundo y azul,
nunca te cuidó los ojos
como lo hice yo
en las noches que me mirabas
entre confusión
Y delicada decisión.

Ahógame, si fueron las sonrisas calladas
que derramaba para conversar
Entre nuestras almas.
¡Sí! ¡Esa conversación!
Aquella yo,
Solamente yo,
pude sentir hasta el alma,
esa que perdiste por tus locuras
O quizá tu tan buscada sanidad.

Si el amar,
nunca ha sido de sanos,
sino locos
que sueñan en encontrar
ese brillo
en donde únicamente aparece obscuridad,
Ese destello que no pensaste encontrar en mí.

No creas que venciste,
no tomaste mi alma,
y la llevaste al mar,
A mares.

Sólo la derramaste en un cielo más grande
Donde tú ya no estas.
El lugar se ha vuelto más grande,
más inexorable, más tibio,
Porque no estas tú.

Nunca me tomé la molestia,
de cobrarle a la vida,
lo que la vida sola te cobró a ti,
por eso, y por nuestros sueños,
la vida parece tener otro color,
Otra sonrisa impenetrable a tu sentir.

Y ahora entre ahogos y destellos
encuentro ese fuego
debajo del mar,
Ese que nunca lograras tener.
Gracias.

Todo había expirado.
Todo volvía engendrado.
Tiempo nunca cerraría.
Cielo nunca disiparía.

Principio del cielo

Lentamente abro mis ojos,
veo el principio del cielo,
las nubes parecen conocer
la razón de la dulce llovizna,
Alimentando el arco iris dolido.

Cada color tiene en su interior
la historia de cada lágrima
derramada en una vida
Sin timón, sin velero, sin destino.

Tejiendo esperanzas,
se ve debajo de tanta ilusión
ese paisaje eterno,
ese mundo olvidable,
Fantaseándose si será
El comienzo del edén.

A pesar,
de tantas noches sin mirar,
de tantas luces ciegas,
se cree en el encontrar esa suavidad
cuando el viento roza mis mejillas
diciéndome: ¡Aquí es!
¡Deja de perderte en la obscuridad!

¡Cortinón cayó!
Cesó.

Despedida

Mis palabras son aquellas,
en el aire inhalado penetrantes
Buscando existir.
Siendo eso todo por ahora,
Palabras,
Callan por hoy.

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