lanotaexaltada

La nota exaltada

Sus lágrimas no se contenían
en este espacio terrenal,
su dolor causaba devastación
en los sembradíos,
el levantamiento quería terminar,
pero su amargo corazón
Lo condenaba.

A dormir otoño

Caían las perlas
de los cielos obscuros,
albergaban el alma
de tu suave hermosura,
el tiempo viajaba
con el otoño disfrazado
de añejo,
De abuelo.

Los bigotes blancos
eran parte del transitar,
aquellos impregnados
del desvelo invernal,
Surgían del algodón celestial.
Aquel atavío
era parte de tu reloj marcado,
el camino se percató
de tu encuentro y decidió
dejar en aquella tristeza
el callar derramado
Por tus mejillas.

Y así,
se convirtió en el ayer,
se confrontó al fuego diluido,
se absorbió en el olvido,
y caí en aquel abismo,
Del alma dormida.

Su recuerdo,
hacía perderse en confusión,
Poco a poco fue llegando el día,
En su desolado pulsar.

Una noche con final,
sin fin

En la noche que me enamoré de ti,
Conocí el principio de las palabras,
Y el final de los silencios,
Creí haber encontrado los silencios en tu boca,
Creí haber soñado con los murmullos en el aire,
Te tuve entre mis brazos,
Las noches se volvieron soleadas,
El suelo se hizo gris,
Y nosotros nos convertimos,
En una estrella fugaz,
Nos envolvimos perdiendo el sentido.

El viento cambiaba de dirección,
Nuestras miradas terminaban buscando
el destino sin piel,
el camino sin fin,
las palabras cuyo dueño perdió amor
Quedaron flotando en el vacío.

Y yo, viviendo en la amarga lluvia desierta,
Conociendo el destino cruel,
Viviendo el destello cristalino de un nuevo arco iris,
Tendiendo un final, sin fin.

El turno de su dolor había terminado,
Conocía su amarga realidad,
Estaba la despedida
A la reminiscencia
A la puerta.

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