buscando

Buscando

La verdad era que no podría con toda esa información. El día fue tan cansado que me fui a dormir saliendo de ahí. Tuve varios sueños raros, el que mejor recuerdo es…

Estaba en un lugar que parecía una biblioteca, pero estaba llena de libros tradicionales… Esos que vienen de los árboles y sus derivados. En uno de las mesas estaba sentado alguien que vestía de forma antigua, me vio y me preguntó mirándome a los ojos con gran fuerza:

– ¿Sabes cuál es la razón a tu existencia consciente? ¿Sabes quién eres? ¿Sabes hacia dónde irás?

– No.–Le contesté.

–Mira, entonces, ya llevas la mitad del camino recorrido. La otra mitad es interesarte en entender, más no saber lo que está detrás de una obra de teatro.–Me dijo eso y empezó a desvanecerse.

– ¿Quién eres?–Le pregunté gritando.

– Sólo usa el espejo como es debido y te verás como lo que tanto buscas…

–¿Eres tú, el sabio que busco?– volví a preguntar, ya que estaba tardando en desvanecer.

–Si estas soñando… Si estas despierto… Es indiferente, sólo soy una parte tu mente encendiendo neuronas de noche para que de día puedas ver la vida de una forma distinta.

Fue algo tan brusco su comentario, que desperté, creo que por eso lo recuerdo nítidamente. Este sueño me decía que quizá en algún espejo podría encontrar lo que busco. ¡Qué ciego he sido! …¿Pero, y si el espejo ve la imagen al revés? ¿Y si el espejo no refleja lo que está ahí, sino lo que un sediento ve en el desierto? …. ¿Cómo sabré qué es verdad?

La verdad

Después de estudiar lo que la filosofía dice en libros pesados, lo que la ciencia me dice en libros que cambian constantemente y lo que el arte me embellece encontré que ni una biblioteca viva podría solucionar mis enormes dudas.

No existía persona viva o muerta que pudiera decirme algo que yo preguntaba, y aunque pudiera haber sido preguntado y contestado por otros, mi respuesta podría ser diferente. ¿Por qué? Si al paso del tiempo, mis respuestas cambian… Es obvio, que entre personas viviendo diferentes tiempos, las respuestas cambiarían todavía más drásticamente.

Por eso, la misma pregunta rondaba mi mente… ¿Qué sería la verdad? Debía ser algo que aunque todos miráramos de diferente forma, lo definiéramos de forma distinta y lo percibiéramos diferente, terminara siendo lo mismo.

¿Y la verdad sería…?

… La sabiduría.

Sólo la puedo entender yo porque por más que pudiere explicar a los demás, sólo yo sabría valorarla como algo sabio, otros pueden creer que son patrañas. Y eso, sigue dándole una creencia de poder a algunos, pero… sin la verdad, todo sería en vano hasta la sabiduría.

… La humildad.

Unos lo pueden ver como dar, pero en realidad sólo es observar con paz. Dirían los que se llaman sabios que la humildad es lo más importante, pero ¿Cómo ser sabio y decir eso, y ser humilde? No hay sabios para el sabio, no hay sabiduría para el sabio… Puesto el que sabe, sabe que no necesita saber, sino… ¿Qué será?

…. La paz.

Lugares de compartir lo que se tiene, vidas sin avaricia, sino entrega. ¿Cómo vivir en paz si unos luchan constantemente por adquirir lo que les succiona la vida?

… El amor.

Dicen que lo universal es aquello que en todos lados se toca y vive, pero observo que en realidad no hay algo universal, sino todo cae en lo particular. Una particularidad tan extraña que es totalitaria cuando quiere y singular cuando le conviene, esa misma que sueña de día y noche con vivir el descanso eterno en el arrullo amor.

… Todo.

Dicen por ahí, que logré ser un sabio… Y yo, apenas digo en mis suspiros y miradas, que aprendí a amar.

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