Soy un reflejo
Soy un escritor pintado,
cuando tú eres una pintura escrita
para unir lo que soñamos
con lo que somos
mientras dormimos.
Escribiéndote un poema,
me di cuenta que eras yo,
tenías colores, letras,
esperanza y amor.
Soñaremos con dormir
en un campo floreado rodeado
del perfume del océano.
Curaré mis heridas,
caminaré envuelto
en gotas de estrellas
que tocan nuestro amanecer
para prender la luz
a la vida que somos.
—¡Eres pintor de poemas porque aprendiste a mirar las cosas como un entero!—Le exclamé a BeBaPY. Por fin, lo había entendido…
La vida mirada desde una sola pintura, un solo poema o una sola canción nos aleja el uno del otro, pero si las unimos…
Todo se vuelve mágico.
—¿Le decimos el secreto?—Le pregunté a BeBaPY.
—¿Quieres que conozca quién eres?—Me contestó.
—Se lo prometí.
—Yo se lo digo.—Dijo BeBaPY sin darme tiempo para contestar.
Y empezó a dibujar otro poema lleno de música floreada.
El Hado
Las estrellas son tus ángeles,
sus alas te abrazan
cuando todo parece ser gris.
El polvo de realidad
es el amor que nos une.
El amor que nos une
son las estrellas infinitas
que nos miran.
Me miras y arrullas
con tu canción abierta,
un circulo infinito
y su centro,
tu corazón.
—¡Vaya! ¿Crees que alguien te entendió?—Le pregunté a BeBaPY.
—Espero que sí.
—Y… ¿Si no?—Le volví a preguntar.
—Pues te pasará como a mí…—Me contestó.
—Ahora, ¿que te pasó?
—La niñita… Todavía no la encuentro.—Dijo BeBaPY con una voz entre chiflada y quejumbrosa.
—Será… ¿Por qué estas soñando?—Le dije sin pensarlo.